domingo, 2 de mayo de 2010

Raúl Parra, el joven forajido

Ilustración: Milo Manara
.
Para llegar a esa isla, /que es mi persona,/ nada

R.P.

Raúl Parra, el joven forajido
sabía poco de la falta de cartas en el azar
La Fortuna tocaba un instrumento de viento
que sólo anuncia un beso en la frente
a Raúl le permitía que ese beso fuera suyo
Después ella dejaba sus carnes
como un arado inútil y despejado
cuando volvía le reprochaba
con sus piernas de marfil
con sus labios de beldad gloriosa
le llamó aquella vez tajo miserable
niño con pesadillas de mierda
en los canales xochimilcas
o en las aguas guerrerenses
hediondas y calientes
Raúl dijo que para él la mierda del mundo
era un mar insurrecto
que él era una isla
donde los aviones de combate aterrizaban
y se dolían de amor
donde las últimas instrucciones
hablaban de una charla kamikaze
donde al fin los soldados
eran mujeres con pechos–granada
Raúl miró su reflejo una y otra vez
como un narciso repetido en los glúteos
de sus tenientes entre las mayores chicas oficiales

“La guerra es una orgía
que vamos perdiendo
y éste mi cuerpo
la isla de géminis
es la última base tántrica
en todo el continente”

Dijo Raúl Parra, el guerrillero
cuando miró que esa parcela de lodo
que era su patria
formaba ahora un desagüe
triste islote bajo los orines
por eso flotó en un archipiélago
con una isla erecta
en la que desde el cielo
se veía la ”P” indecente
de su apellido sordo
“Nada” gritó Raúl
a aquellas hembras rupestres
para que éstas aceptaran
alzando los pechos
en señal de tregua
“Nada” gritó Raúl
porque se le acabó la saliva
con tantas y tantas embarcaciones

Raúl Parra perdió para el año 1972 la Guerra Copulativa de la gramática y los cuerpos, justo cuando las tensiones entre la URSS y EU se olvidaban por culpa suya. Los historiadores no logran desentrañar el sentido original de estos lívidos belicosos, pero se piensa que su desarrollo es fundamental para entender los acontecimientos recientes.

1 comentario:

Adrián López Cruces dijo...

Tuve la fortuna de asistir ─aunque fue sólo un semestre─ al taller de Raúl. Así que me da gusto ver que se le recuerda y que hay alguien capaz de escribir algo tan brillante en su memoria.

Saludos.