lunes, 15 de diciembre de 2008

MUERE UN NARRANADOR

Portada del último libro de Raúl Parra. Supongo que ése riéndose es él.
Todavía no sé cuando murió Raúl Parra. Supe de un amigo que sucedió la primera semana de este mes, pero aún no me entero de todo. Conocí a Raúl Parra a principios del 2006 y permanecí un año y medio en su taller, de hecho, fue el primero que tomé. Aprendí casi todo aquello que uno no puede hacer al escribir. Aprendí que el silencio del texto dice más cuando sabemos podar las ramas secas. Por Raúl conocí a Julio Torri, dicen que antes de su enfermedad llegaba a dar clases en bicicleta y quizá eso era en honor al saltillense. El taller de Raúl Parra en la facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, era un lugar donde uno presentaba su trabajo y después corría a las trincheras para no recibir un disparo directo; las críticas eran mordaces, unas con fundamentos otras tantas sólo por decir algo y no permanecer callado. Muchos no regresaban a ese campo bélico-literario. Raúl Parra siempre buscaba buena literatura en sus alumnos, recuerdo frases como "hay intuición poética", "recuerden la hora nalga" (probablemente más larga que la de Alfonso Reyes), y ahora yo le diría a él "gracias por las neuronas" como la despedida de cada clase y la última lección. Aquí recupero algunas de las poenotas y narranadas, no sé si sean aforismos, sentencias, epigramas o lo inverso de estos géneros breves. O como él mismo dice: se escribe poco para decir mucho o nada.
........................................................

POR AHORA
Ni espíritus/ ni almas gemelas/ simplemente tu carne

AUTORRETRATO
Luminoso de las tripas/ oscuro de la sesera

PARÁFRASIS DE MIGUEL
Tus labios de arriba al cielo/ y la tierra tus otros labios

CONCLUSIÓN
Mi alma miente/ mi carne no

BULEVAR
Tus glúteos me conocen,/ en el bulevar de sus reflejos/ yo me narciso

ORIENTACIÓN VOCACIONAL
La ventaja de la literatura es que estudias con quien quieres.

OTRA POENOTA ROJA
Lo encontraron ahogado en su propia mierda literaria

ATLETISMO
Para llegar a esa isla,/ que es mi persona,/ nada

FURIA UTERINA
La mar no te cabe.

Soy el líder,/ nomás/ que no hallo/ al contingente.

La vida es breve, mi poesía más.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Romance de una dalia y el sol


a Abigail Rubio
El padre salta de júbilo
por tener aquella dalia,
que lleva la luz del día
con los pétalos obscuros.
Los horizontes resbalan
sobre cada listón suyo,
y yo miraré la aurora
entre sus cabellos curvos,
que dicen de donde viene
cuando los cielos son surcos.
El sol es un potro lento,
lo cubre mi pulgar zurdo,
y va por la misma ruta
para ser otra vez mudo.

El padre salta de júbilo
por tener aquella dalia
con voces en alemán
entre mi rumor confuso.
No encuentro tras sus pestañas
más que el borde de otro mundo.
En la orilla del silencio,
callaré el rimar absurdo,
sus ojos serán el ritmo
de un atardecer acústico,
y su nombre dirá fuente
bajo jardines obtusos;
pues sólo yo sabré cuando
se fue la luz de su curso.