lunes, 29 de junio de 2009

Las 7 cosas



Siguiendo la entrada de Cynthia García

SIETE COSAS QUE ME GUSTAN

- Caminar
- La poesía
- Los mariscos
- La teoría del Estado
- La noche
- El alcohol
- Las fotografías antiguas

SIETE COSAS QUE NO ME GUSTAN

- Las frutas
- Los prejuicios
- El hip-hop (más el mexicano)
- El fanatismo
- El derecho fiscal y mercantil
- Algunos juegos mecánicos
- Los mosquitos

SIETE PERSONAS QUE SEGUIRÁN ESTO.

- Itzcoatl Jacinto
- Yaxkin Melchy
- Leilani Manzur
- Héctor Hernández
- Oswaldo Casasola
- Thalia García
- Eliud Delgado

jueves, 11 de junio de 2009

La exégesis política de los sueños


Hérnandez Montecinos, Héctor. NGC 224 o TRAGA I.
Literal, colección Limón Partido, México 2009.



La interpretación de los sueños
de Héctor Hernández (Santiago, Chile, 1979) es un ideario épico redactado por cientos de HH, el poema es una erosión de sí mismo escrita a pulso y a manera de un lavado de pensamientos. Este no es un ideario particular sino un resonador de consciencias, donde el propósito político bordea al poema encerrando los claroscuros de la condición humana. La vida lleva venas poéticas en sus brazos, pero Héctor no se conforma con apropiarse de esas extremidades y hacerlas suyas, sino compone un himno de guerra desde su interior para declarar la contra-poesía del mundo, de su pequeño país “Chile culiao”. Los libros, para él, se compilan en los instantes que uno deja de vivir y se entrega como un pararrayos del bienestar. “La literatura para ellos fue una nueva dictadura del bienestar”. El autor sigue narrando el desmoronamiento de su patria que son las dos cordilleras que ya no lo sostienen, por eso aprendió a permanecer de pie del propio dolor. Ahora se vuelve un mago de fronteras.

El manifiesto de Hérnandez Montecinos es un acercamiento a una ideología que hace del marxismo, liberalismo o anarquismo unas metodologías del lugar común, porque el argumento de su poder es la rabia y el amor. “El centro de un sistema político en mi corazón” dice a través de Yaxkin Melchy, aunque ese sea el corazón de ambos. El poeta habla de la dictadura, la hiperdictadura y la postdictadura como la extensión del Estado de sitio donde los hombres son el basurero del mercado y el poder estatal se maximiza con el miedo. Las libertades públicas son una moraleja equivocada, cuando los fabulistas pensaron que los hombres eran los animales. En todo Estado de sitio, las garantías individuales se suspenden o disminuyen, pero en su Estado de emergencia “hablan de los derechos como si fueran figuras literarias”. El tirano en la República de las letras sigue por mucho tiempo, pero Héctor ya dio su propio golpe de Estado; porque él sabe que como la historia universal, “los buenos poemas tiene mala memoria”.

miércoles, 3 de junio de 2009

¿Quién es Sakura?

Meza, Aurelio. Sakura. Red de los Poetas Salvajes,
México 2008.



No sabemos realmente si el libro que encontró Aurelio Meza (México D.F., 1985) fue escrito por Yaminokuchi Baku, y tampoco sabemos con certeza si Sakura es una de las personas a quien se dirige este cuaderno encontrado en su biblioteca. En lo que casi estoy seguro es que estos poemas han sido leídos y releídos por muchísimas curiosos, eso lo sé por “los epígrafes que acompañan (y a veces rodean) a los textos”. La idea central, a mi parecer, no es el acercamiento clásico autor-lector sino una serie sucesiva de autor-lector-lector-lector-lector- hasta que ya lo importante no es el texto hallado y las palabras literales del autor (de quien no sabemos nada), sino esas pequeñas enmendaduras que se han venido anotando a manera de un extraño saneamiento de la escritura. Aquí lo que se rescata no es el texto virgen, sino las interpretaciones “lo que yo habría escrito”. La hermenéutica del texto rebasa a la obra original. La intertextualidad de voces y opiniones emerge como el “tallereo” donde cada lector va (de)formando a estos textos perdidos.


La vida del autor, puesto que estos escritos resultan ser íntimos, es escrutada por los investigadores, posiblemente los que se acercan a esta biblioteca antigua y empiezan a realizar su labor bibliográfica. Se nota el desgarramiento de un hombre, el trascurrir de la vida como una papiroflexia que se detiene en medio de un estanque y luego se hunde. “despierto y me miro en el/ estanque/ mi rostro endurecido/ mi piel ceniza/ y ha pasado bajo mis narices/ tan natural como un río/ qué hago yo aquí/ escribiendo con nieve/ a la espera del fin del mundo” Incluso el lector-investigador ya no sabe cuál es la voz protagonista, se encuentra con un libro colectivo y misterioso, textos en inglés e ideogramas mal traducidos. Incluso el inglés se vuelve japonés o chino mandarín, no hay nada seguro en esta investigación trunca y estéril. “Fuera de mi cabeza, perra” Nunca sabremos quien escribió esto.