(fragmento)
La trayectoria es ligera y suave, forma una línea punteada a partir de la luz de un fósforo. Después se tensa un látigo incendiando los enlaces vitales. El intercambio clave para desvanecerse: reventar por la alta tensión en un espectáculo al aire libre, estallar en el punto más alto, sin riesgo, como las cabezas de los fuegos artificiales. Podría decir que la ausencia viene tras el giro incompleto de la muerte o el zumbido ensordecedor a fin de extraviarnos entre todas las cosas.
Hay quienes afirman que es un ciclo idílico a través de una nada virginal: un océano con continentes de humo. Se sabe que las personas mantienen pausas y silencios irrealizables para nosotros, son alcanzadas súbitamente por un paréntesis interior donde lo vivido es un pensamiento nuevo que nunca pasa de largo. ¿Quiénes son ellos? 1) Las matrículas sin cifras de una ciudad 2) Los ciudadanos vaporizados por hora 3) Las hileras blancas en el pavimento hecho por la noche. Sé que siguen allí, en un instante que no logramos hallar por la urgencia de los días. Señales existen, siempre en la misma dirección se pronuncian los testimonios. Escucha sus espaciosos lapsos. Nunca creí a tantos ausentes bajo mi marca.
Busco a uno de ellos, el más luminoso de mis hermanos. Su expediente fue leído entre líneas años atrás, ahora es una pila de hojas blancas que llevo a todas partes. Nadie recuerda su nombre. Pregunté a los amigos y familiares, pero sus caras duras disfrazaban el pánico dentro de sus bocas. Nunca perdí la confianza, aunque la gente enmudecía cada vez que las banderas en mis ojos se doblaron por el sufrimiento, por una dictadura sorda y sus desaparecidos.
Allí en un ademán pude recabar información.
Allí en el viraje de un gesto bajo las alturas de la bienaventuranza.
Allí entre los huecos de un monosílabo (sí/no titubeante).
Allí en el dique fracturado por el sobrepeso oficinista.
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SEÑAS PARTICULARES DEL AUSENTE:
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a) En sus ojeras se llena una bóveda nocturna y languidece.
b) Levanta su sombra por los corredores sin ningún recato.
c) Trae la letra “a” entre las vértebras ásperas de la locura.
d) Calza unos mocasines del 8 ½ donde se refleja él mismo.
e) Padece de sus facultades desde antes del desvanecimiento.