sábado, 30 de enero de 2010

Sobre lo poco sexy de la poesía mezclada con el derecho o Contrato de seguro


Algo tan poco sexy como la poesía mezclada con el derecho, entiendo, da repulsión e incluso miedo leer. Con esa variable, difícil es embarcarse en la aventura de desprejuicio y tolerancia, para romper la fuerza inconsciente que nos aleja rápida y efectivamente de este género, relativamente novedoso, que se nos presenta como desafío.

Pues bien, una incursión que por destino y eventualidad, fracaso seguro sería para mi intelecto; se convirtió en un descubrimiento.

Sí, como el de América, una novedad para la época, algo increíble que dejaría pensando hasta a los reyes de la corona, y no cualquier corona, la corona española.

Así me encontré con una curiosa analogía de “Contrato de Seguro”, lo que se entiende vaga y simplemente como un acuerdo, libre, entre dos personas, donde una se compromete a pagar cada mes una cantidad determinada de dinero, y la otra, a responder en caso que sucediera un accidente que impidiera seguir actuando en la vida, contando con la cosa determinada que se asegura, por ejemplo un auto. Si sucede algo imprevisto que destruya o inutilice el auto, el seguro pagará con otro auto de igual característica o con el dinero equivalente.

Después de esta humilde descripción del contrato, propiamente tal, nos surge que la narración poética de Manuel DJ respecto al mismo, se relata en términos de la vida. Nosotros, los seres humanos, actuamos en base a certezas, certezas que están plasmadas en la colectividad. Así como tenemos presente que al salir de nuestra casa, lo más seguro es que en una luz verde puedo cruzar, y el auto que se topa con la luz roja parará. De no ser así, no podríamos salir de nuestras casas, más bien no podríamos traspasar nuestra cuadra, a lo más manzana y el espacio se nos reduciría considerablemente, no nos sentiríamos libres y probablemente no podríamos vivir mucho sin enloquecer.

Qué distinto sería si pudiéramos hacer uso de aquél contrato, para asegurar otras cosas, tal vez inmateriales; tales como las ideas. Qué rabia sentir que está todo escrito o todo dicho, sin embargo no hay una materialización de cómo llegamos a esa conclusión, qué evento de la vida gatilló dicha aseveración. Eso es lo que nos diferencia, porque el fundamento de muchas de nuestras ideas están en percepciones, sensaciones, intangibilidades.

Así Manuel DJ nos hace volar la imaginación pensando todo lo que nos gustaría asegurar, para tener más tranquilidad de nuestro espíritu en la vida. Bien dice el dicho “más vale pájaro en la mano que cien volando”.

Lo cierto es que en poesía todo es posible y el derecho, contiene formas que permiten, de algún modo, encauzar las posibilidades. Entendiendo que el derecho es una abstracción, una ficción, se pueden incorporar sus formas a todo aspecto de la vida. Eso nace y muere en nuestra imaginación, porque de ser posible actuar sobre-seguro, en ámbitos del espíritu y el corazón, quitaría la adrenalina necesaria para vivir con ese no se qué constante en la guatita, que tantas veces nos traiciona pero que tantas otras nos hace feliz. En poesía todo es posible, y Manuel DJ lo intenta demostrar, así que a escribir se ha dicho!

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Daniela Paz

viernes, 8 de enero de 2010

Presentación de Los Autos Perdidos


En la foto el poeta Bruno Vidal y yo en la Chascona, Fundación Pablo Neruda. 6 de enero de 2010.